Videos relacionados con las mentiras de las grandes corporaciones farmaceúticas o de los gobiernos y que tienen que ver con bienes tan preciosos como nuestra salud o alimentación.
Delcanal: Wikidprod
Videos relacionados con las mentiras de las grandes corporaciones farmaceúticas o de los gobiernos y que tienen que ver con bienes tan preciosos como nuestra salud o alimentación.
Delcanal: Wikidprod
99 francos arrasó como novela sobre el mundo publicitario. Este verano se estrena la película de su crítico autor, Frederic Beigbeder. (en Alemania). MarketingDirecto.com y su canal de videos es el único medio (libre e independiente) del sector en España que le ofrece incluso una información «tan crítica» sobre el mundo de la publicidad actual.
Lo que dice El Mundo sobre este autor:
Fréderic Beigbeder critica el mundo de la publicidad en «13,99 euros»
El escritor francés Frédéric Beigbeder lanza un duro alegato contra el mundo de la publicidad, al que perteneció hace unos años, en su tercera y última novela, 13,99 euros, publicada por Anagrama en castellano y La Campana en catalán, con traducciones de los escritores Sergi Pamies y Josep Maria Espinás. La novela, con más de 400.000 ejemplares vendidos, se ha convertido en un bestseller en Francia.
Beigbeder explicó ayer en Barcelona que «la novela es una crítica satírica de nuestra forma de vida, de nuestra época a partir de la historia de un redactor publicitario, que es al mismo tiempo un ganador y un perdedor, pues aunque simboliza la cúspide del éxito social y financiero, también es un desesperado y un impotente», informa la agencia Efe. 13,99 euros es también, añadió Beigbeder, «un libro comprometido con la imposibilidad de comprometerse hoy día».
A su juicio, «la novela es uno de los pocos medios que nos quedan para criticar a la sociedad, al estilo de lo que en su tiempo hicieron Zola o Balzac, porque la prensa, financiada en parte por la publicidad, es incapaz de hablar mal de las grandes marcas».En todo momento provocador, Beigbeder se declaró «el Quijote del 2000», no en vano, recordó, «me han dicho que soy un paranoico que lucho contra enemigos que en realidad no existen» y que como el protagonista de Cervantes «confundo a los publicistas con fascistas peligrosos».
El autor comenzó su carrera publicitaria a los 24 años «sabiendo donde entraba» y sin que ello supusiera una contradicción: «era un cínico que sólo quería ganar dinero». Precisamente, el cinismo y el desprecio son, en su opinión, ingredientes necesarios para ser buen publicista, porque «sabes que vas a mentir sobre los productos».
Beigbeder contempla asimismo la publicidad como «un nuevo tipo de religión». De hecho, para el escritor, «Jesucristo fue un gran publicitario, que inventó el logotipo, la cruz; lanzó el primer eslogan: amaos los unos a los otros; y sentó las bases para que las iglesias funcionaran como grandes supermercados, en los que los feligreses son considerados como consumidores.
Citamos desde su libro 13,99 Euros donde el escritor francés Frédéric Beigbeder lanza un duro alegato contra el mundo de la publicidad.
Todo es provisional: el amor, el arte, el planeta Tierra, vosotros, yo. La muerte es algo tan ineludible que pilla a todo el mundo por sorpresa. ¿Cómo saber si este día no será el último? Creemos tener tiempo. Y luego, de repente, ya está, nos ahogamos, fin del tiempo reglamentario. La muerte es la única cita que no está anotada en nuestra agenda PDA.
Todo se compra: el amor, el arte, el planeta Tierra, vosotros, yo. Escribo este libro para que me echen del trabajo. Si me fuese, me quedaría sin indemnización. Necesito serrar la rama sobre la que se asienta mi comodidad. Mi libertad se llama subsidio de desempleo. Prefiero ser despedido por una empresa que por la vida. PORQUE TENGO MIEDO. A mi alrededor, los colegas caen como moscas: corte de digestión en la piscina, sobredosis de cocaína maquillada de infarto de miocardio, accidente con el jet privado, vueltas de campana con el descapotable. Esta noche, sin embargo, he soñado que me ahogaba. Me he visto a mí mismo hundiéndome, acariciando las rayas, con los pulmones llenos de agua. A lo lejos, en la playa, una hermosa mujer me llamaba. No podía responderle porque tenía la boca llena de agua salada. Me ahogaba pero no pedía auxilio. Y, a mi alrededor, todo el mundo hacía lo mismo. Todos los bañistas se hundían sin pedir auxilio. Creo que ha llegado el momento de dejarlo todo, ya que no sé cómo mantenerme a flote.
Todo es provisional y todo se compra. El hombre es un producto como cualquier otro, con fecha de caducidad. Ésta es la razón por la cual he decidido jubilarme a los treinta y tres años. Dicen que es la edad ideal para resucitar.
No hay mas espacio aquí. El texto sigue en nuestro portal informativo sobre publicidad y marketing, MarketingDirecto.com. En la editorial del día 21 de agosto, http://www.marketingdirecto.com/notic… .
De el canal: MarketingDirecto
Comentarios recientes