Excente articulo que define la crisis financiera en este momento y posibles consecuencias.

Aquí en España, en concreto, lo único que observamos crecer es el paro, los cierres de empresas, el número de concursos de acreedores; y el número de cornudos que han de consentir que sus mujeres se la mamen a sus jefes respectivos, si no quieren perder el empleo; o peor, que tomen por culo en las inciertas calles de nuestras ciudades, iluminadas como velorios. Al compás, en el mundo, también crecen los billones de dólares fabricados por la FED (nueve de ellos perdidos para siempre por un bolsillo descosido de Bernanke). Y debéis saber que hay ya en circulación dólares para empapelar las paredes de todos los hogares del mundo, incluidos los iglús esquimales y los palafitos birmanos; y que pronto ya sólo valdrán para eso, dada la devaluación que les espera, si no sucede un milagro, como ése del que hablaremos luego.
Mientras todo se va al carajo, las informaciones sobre economía de los medios de masas son caóticas, un auténtico bayú; los analistas económicos andan más perdidos que negros en la cerrazón, y sólo se atreven a recomendar las compras de oro; y carece de sentido dedicarse a leer las mendaces estadísticas publicadas por los gabinetes de estudios de bancos y gobiernos, una inútil pérdida de tiempo: no van a decir la verdad, que son insolventes; si se quiere disfrutar de la imaginación ajena, mejor es leer a H. G. Wells. Así que la única brújula posible es fiarse de los cálculos propios —o sea, de Ácratas—, que mejor ve el pez desde un tejado que un millón de águilas desde el fondo del mar.
Y hablando del fondo del mar, si descendemos como buzos a la minucia sistemática de los factores geográficos, económicos, raciales, culturales y religiosos de las diversas piezas componentes de este planeta en el que nos ha tocado malvivir y destruirnos, descubriremos, ya sin sorpresa, que el mundo se está desencuadernando a pesar de la lluvia de dinero que los estados están regalándole al sistema financiero —que no es ya ni financiero, porque no financia a nadie, aparte de a sí mismo; ni sistema, porque se mueve caótico, con menos reflejos que el papel secante; el artefacto es un pozo sin fondo, un agujero negro o un tragón ojete de marrana gorda—. Por ahora, para pagar los intereses de sus deudas exteriores, los estados venden deuda publica a los ahorradores, y piensan retribuírsela mediante un aumento brutal de los impuestos de todos. ¿Y quién se lleva la gran tajada del cobro de intereses de tan fenomenales préstamos? Pues los bancos centrales, la FED, que es la suministradora oficial de dólares, divisa comodín para el mundo entero; el BCE, cada día más privado; y el Fondo Monetario Internacional, que estrangula a los países tercermundistas a fin de expoliar sus recursos naturales gratis total.
El milagro que mencionábamos se llama Nuevo Acuerdo Geo-estratégico Mundial: o sea, nuevo reparto del planeta. Se trata de que Obama retire a sus marines, a los que apenas puede ya pagar el sueldo; que pida a los ciudadanos de EEUU que ahorren y que asuman que no son hijos de la polla roja; y entonces, Rusia y China seguirán comprando deuda norteamericana como si nada estuviera sucediendo, sin pestañear, tranquilos como ojos de cristal en el escaparate de una ortopedia. Y en eso anda Obama, aunque resulte ser una mala boda. Pero, mientras, la gentuza que comanda David Rockefeller, los iluminados de Bilderberg, a través de sus agentes en la CIA-Mossad, lo tienen amenazado de muerte(1), que lo que ellos quieren es un nuevo orden mundial que les permita ser los dueños del martillo, hacer de los gobiernos un yunque, y poner nuestros cojones como material de forja.
El problema es que no queda tiempo para hacer milagros.De nada valen ya más reuniones del G-20, del G-8 o del G-ZP. Obama debiera haberse casado hace meses con unos o con otros. Y, como no hay mala boda, sólo cabe un buen entierro: el Gran Crack del siglo XXI. Y el desencadenante de ese Gran Crack, del instantáneo shock implosivo(3) del sistema financiero, puede ser cualquier cosa: Que China cierre el grifo a las compras de deuda a EEUU, y exija la redención de parte de la deuda; que Rusia pida el pago al contado de la energía que consume Europa; que cualquier país de Hispano América organice una revolución popular expansiva; que el virus del A:H1N1 mute hacia un ébola morbo; que asesinen al Presidente de los EEUU; o que, lo que es peor, Israel, que va por libre, se decida a plantar un hongo radiactivo en Teherán(2). Tras cualquiera de estos escenarios, que pueden inducirse unos a otros, ninguna moneda del mundo valdrá absolutamente nada más que su peso en papel.
¿Y qué será entonces de los gobiernos —de nuestros 18 gobiernos, por ejemplo—, sin cuotas líquidas que imponer, sin presupuestos que despilfarrar? Pues una de dos: o morir a manos del pueblo como lo que son y como merecen, que los besugos privados del océano es difícil que lleguen a una edad provecta y disfruten de la veneración de sus nietos; o habrán de volverse duros y dictatoriales como prensas hidráulicas, teniendo que malgastar balas allí donde no supieron emplear eficientes los recursos públicos.
MALDITO HIJO DE PERRA
NOTA: (1) Obama ha recibido un ultimátum de su propia CIA para «rendirse o irse al infierno con Kennedy», refiriéndose a que debe asumir los designios del Nuevo Orden y alejarse de la órbita rusa. Y el día 14 de septiembre sufrió un intento de atentado de una célula terrorista que, mediante explosivos, trató de asesinarlo cuando dirigia un discurso en Wall Street.
¿Cómo puede matarse a un Presidente de los EEUU? Sabemos que no es tarea imposible, porque ya ha ocurrido varias veces. Pero nunca lo hizo un loco, sino siempre un equipo de asesinos profesionales. El caso paradigmático fue el asesinato de John F. Kennedy. Oficialmente, fue liquidado por Lee Oswald —un aparente comunista furibundo que tiraba como Dios, a pesar de no haber usado un rifle en toda su vida—, quien, a su vez, fue asesinado por Jack Ruby, un tipo providencial que se llamaba, en realidad, Jacob Rubinstein. Pero la verdad se ha demostrado al fin en un Súper 8 recientemente dado a conocer al público americano: el magnicidio lo cometieron los propios Servicios de Seguridad del Presidente de dos tiros: uno disparado desde una azotea cercana por un tirador de élite, con un rifle de precisión; y otro, en vista de que el primer tiro no fue mortal, disparado a bocajarro por su propio conductor con una pistola. ¿Cuál fue la causa del asesinato? JFK había decretado (Orden 11110) el control de las emisiones de moneda contra lingotes de plata, recuperando para el Estado el monopolio de la FED, que es un holding de bancos judíos; decidido suspender los fondos de armamento de los EEUU y retirarse de Vietnam.
Obama ha estado a punto de ser asesinado tres veces durante la campaña electoral. En uno de los casos, los Servicios de Seguridad del Gobierno desaparecieron misteriosamente, dejando el campo libre a cualquier asesino próximo. Su guardia personal —todos negros como el carbón— sustituyó al Estado y Barack salvó la vida. Hasta la propia Hillary, en un imperdonable desliz, dejó salir de su boca una prevención sobre la vida de Obama, si era designado candidato.
(2) Todo es a causa del caso del asalto al buque maltés Arctic Sea por un comando de seis agentes del Mossad, cuando portaba misiles nucleares recuperados del submarino ruso Kursk a EEUU para ser desmontados según los protocolos de desarme mutuo, START —que acaba en diciembre y que será renovado por otro aún más drástico que reducirá en 1.600 las cabezas nucleares y en 900 los vectores, y se negociará en los próximos meses—. La ficción de que el Arctic Sea llevaba misiles a Irán, divulgada por los abundantes medios judíos en los EEUU, es absurda, puesto que el tráfico marítimo Rusia-Irán se realiza a través del Mar Caspio, y no dando la vuelta a Europa por el Mediterráneo y el Canal de Suez, desde el Báltico, que es donde fue asaltado y recuperado luego por las fuerzas rusas. El fallido secuestro provocó una airada visita de Netanyahu a Mendvedev para conminarle a que liberase a los terroristas del Mossad cautivos; y, como represalia ante la negativa del presidente ruso, sucedió el posterior asalto a la base de la inteligencia rusa de Tambov y el incendio de documentación sobre la autoría CIA-Mossad de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El propio Obama ha advertido a Mendvedev que Israel está completamente fuera de control, y que cabe esperar de ellos cualquier cosa.
Recordemos que lo del Nuevo Orden Mundial neo-nazi es un cuento, que el verdadero poder mundial es económico, y está formado por la banca internacional judía que atiende sólo a sus intereses de control del dinero en el mundo, el resto es necesario paisaje: control mediático, farmacológico y, en última instancia, militar; y que la banca internacional judía, como ya ha hecho tantas veces a lo largo de la Historia, está dispuesta a sacrificar a los suyos cuando le conviene. Por eso Israel, uno de los estados más ineficientes del mundo, a pesar de la propaganda contraria en los medios, está ahora mismo en peligro de extinción sin el apoyo económico y militar de los EEUU, que se bate en retirada desde sus posiciones estratégicas en el mundo a instancia de sus nuevos socios económicos y salvadores del desvalorizado dólar y del «american way of life», Rusia y China.
Todo está a punto para una conflagración internacional en Oriente Medio. De Israel depende. Y como le dijo Netanyahu a Mendvedev: «Atente a las consecuencias. Muy pronto verás hongos radiactivos sobre Teherán».
(3) La implosión del sistema financiero será parecida a ese fenómeno cósmico en el que hay una disminución brusca del tamaño de una estrella, como de romperse hacia dentro en un estallido las paredes del sistema financiero, porque en su interior exista una presión inferior a la exterior: es decir, que haya menos dinero dentro del que se le exige desde fuera.
La implosión puede llevar a un nuevo equilibrio, en otro tamaño, o a la desaparición total del sistema, en un agujero negro. Ambas cosas suceden en Astronomía, y pueden suceder en finanzas. ¿De qué depende? Pues únicamente del tamaño inicial de la estrella, de su límite de Chandrasekhar; en este caso, del sistema financiero que implosiona. Y, desgraciadamente, el tamaño del sistema financiero actual, con 600 billones de dólares en derivados financieros, respaldados por un PIB mundial de menos de 60 billones, y por un efectivo creciendo enloquecido para crear presión interior, no es suficiente para evitar que el final sea un agujero negro.
¿No veis la gran jugada de la FED, ese súper banco privado internacional que dirigen los Rothschild y su gang de bandoleros con kipá? Van a emitir quizás, si hace falta, hasta 10 billones adicionales de dólares de papel por los que van a exigir al Gobierno de los EEUU intereses. Y EEUU pasará a ser de su propiedad: empresas, gobiernos federales, administraciones, edificios, instalaciones, ejército… Todo suyo. Ése será el sistema martillo-yunque con el que piensan forjar nuestras pelotas.
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