Gracias a http://hordashispanicasrnwo.blogspot.com/ por el envio de esta documentacion.
«El Chino le confesó que el 11-M se organizó con ayuda del CNI y los vascos». Esto mismo lo denunció por escrito en la Audiencia Nacional, pero nadie le hizo caso y se volvió a marchar fuera de España.
De fraile mercedario a portero de discoteca y «confite» de la UCO. Sus declaraciones no fueron tomadas en cuenta. Por eso optó por salir de España. Ahora lo han arrestado de forma extraña.
Mario Gascón Aranda reúne todas las características para ser un personaje salido de una novela negra. Gascón fue el confidente de la Guardia Civil que nunca declaró en el juicio del 11-M. Este fraile mercedario que acabó de portero de discotecas y clubs de alterne se dedicó a colaborar con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita en casos de drogas, tráfico de mujeres, de armas… hasta que llegó el atentado de Madrid en el 2004.
Sin darse cuenta, todo su entorno de confidentes fue implicado en el mayor atentado de la historia de España. Rafa Zouhier y Rachid Aglif… son detenidos, Jamal Ahmidan El Chino… muere en la explosión de Leganés. Él siente que, pese a ser un colaborador clase A-1 – el más alto nivel como informador-, sus «compañeros» de la Guardia Civil le abandonan, y por eso se marcha de España.
Desde el 2004 hasta 2008 está desaparecido, hasta que los compañeros del periódico El Mundo le localizan en Brasil y le entrevistan posteriormente en Portugal. Ahí revela, en una entrevista que realiza Antonio Rubio, que la UCO puso los explosivos del 11-M en el mercado: «No sé exactamente quién dio la orden de poner en marcha la operación de venta de explosivos, pero el capitán Paco estaba al tanto de todo y supongo que el coronel Hernando también. El alférez Víctor es un agente de calle y no tiene capacidad para tomar decisiones».
Pero algunos meses más tarde, me revelará a mí el propio Mario Gascón en una entrevista que le hago en City FM que: «El Chino le confesó que el 11-M se organizó con ayuda del CNI y los vascos». Esto mismo lo denunció por escrito en la Audiencia Nacional, pero nadie le hizo caso y se volvió a marchar fuera de España.
Discrepancias aparte sobre su relato de los hechos, Gascón vuelve a la actualidad tras conocerse su detención en Honduras. Pero mi sorpresa es aún mayor cuando leo el titular en La Vanguardia (edición digital) que dice: «Detienen a un periodista español que cubría las elecciones en Honduras, los agentes de seguridad acusan a Mario Gascón Aranda de inmiscuirse en asuntos políticos internos».
Caso curioso, muchos se preguntarán: ¿Qué hacía allí el ex confidente policial? ¿Mario Gascón en Honduras, haciéndose pasar por periodista y detenido por apoyar al destituido Manuel Zelaya en plena jornada electoral?
En los últimos tiempos Gascón se ha movido por diferentes países sudamericanos trabajando a sueldo para los servicios de inteligencia. Parece que ahora estaba trabajando en la restitución del depuesto presidente constitucional de Honduras, Zelaya, unos planes que se vieron truncados con su detención.
Mario Gascón fue detectado por la policía hondureña cuando contactó telefónicamente con la embajada de Brasil, en Tegucigalpa – donde se encuentra refugiado Zelaya desde hace más de dos meses. La intervención de las comunicaciones con la embajada les puso en antecedentes.
La detención de Gascón se efectuó en el parque central de la capital hondureña; las fuerzas de seguridad, ataviadas con trajes de paisano, asaltaron la habitación del hotel en el que se hospedaba. Según la portavoz de Derechos Humanos (CODE), Marilin Cruz, «los agentes aseguraron que tenían como prueba cinco fotografías y adujeron que el periodista se inmiscuyó en asuntos políticos internos». En un principio, Radio Globo informó que Gascón iba a ser deportado a España, pero finalmente quedó en libertad en la capital del país, tras la intervención de Andrés Pavón, comisionado de los Derechos Humanos (CODE).
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, denunció después de la jornada electoral que los planes de restituirlo en el poder constituyen una maniobra más para legitimar un cuestionado proceso electoral y al régimen de facto. «Ni restitución para legitimar el golpe, ni para avalarles un proceso que está totalmente viciado de nulidad, y considero que el triunfador no ha sido el opositor Porfirio Lobo, sino la abstención que ha superado el 65 por ciento», afirmó el propio Zelaya.
Por tanto, la azarosa vida Mario Gascón Aranda continua por los sinuosos caminos del bien y del mal. ¿Para quién trabajará ahora?
http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=102958&cod_aut=
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