La seguridad es similar a la de una cumbre de la UE.
Los miembros del Club Bildeberg no han sido elegidos en ninguna votación democrática por los ciudadanos, pero que se reúnan cuesta a los contribuyentes lo mismo, en medios humanos y materiales, que si lo hicieran los jefes de Gobierno de la Unión Europea (UE). El cónclave de Sitges ha obligado a establecer un dispositivo de seguridad compuesto por medio millar de agentes de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aunque la mayoría ha corrido a cargo de los Mossos d’Esquadra, con competencias en seguridad ciudadana. Fuentes de la conselleria de Interior alegaron que la participación en el encuentro de autoridades españolas y extranjeras obliga a desplegar un dispositivo de seguridad así, aunque lo que se proteja sea una reunión privada.
Agentes de Seguridad Ciudadana, de la Brigada Móvil, de Tráfico, Tedax, Subsuelo, Guías Caninos, del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO, especialistas en orden público) y de Información, dedicados a la lucha antiterrorista, componen junto a un helicóptero el operativo de la policía autonómica. En la seguridad del perímetro también participan agentes de la Guardia Civil y de Casa Real, que ha enviado a sus efectivos debido a la asistencia de la reina Sofía en el encuentro de ayer.
Según el cálculo del Sindicato de Policías de Catalunya, sólo el despliegue de los Mossos d’Esquadra supone un gasto de 150.000 euros por cada uno de los cuatro días que dura la reunión del Club Bilderberg. «No entendemos cómo en este momento de crisis económica se tiene que costear con seguridad pública la reunión de un ente privado», declaró a Público su portavoz, David Miquel.
Secretismo
Patrullas de seguridad ciudadana desplazadas en el último momento desde localidades próximas a Sitges, descuidando sus objetivos habituales, controles estáticos durante las 24 horas, continuos viajes al aeropuerto de los agentes y mucho secretismo sobre la identidad de los protegidos componen el retrato de un despliegue sin precedentes para una reunión privada. «Está teniendo un coste muy importante, tanto económico como personal. Hay agentes que llevan trabajando ocho fines de semana seguidos y ahora tiene que cubrir la reunión. Es lo que faltaba a la escasez de medios humanos que hay en los Mossos», se quejó Toni Castejón, portavoz de CCOO en la policía autonómica.
La única carretera de acceso al hotel Dolce de Sitges está plagada de furgonetas de la Brigada Móvil. Los vecinos de la urbanización próxima Can Girona tienen un pase para acceder hasta su domicilio y tendrán que facilitar documentos de identidad y matrículas de los coches de todos aquellos que quieran visitarlos.
Acusado de criminal de guerra y laureado con un controvertido Premio Nobel de la Paz en 1973, Henry Kissinger sirvió a varias administraciones norteamericanas, desde Kennedy, Johnson, Nixon a Ford, en algunos de los más tumultuosos años en la política de Estados Unidos.
El centro de este documental es el período entre 1968 y 1977, cuando Kissinger fue Consejero de Seguridad Nacional y Secretario de Estado.
Por si alguien tenía dudas acerca de la credibilidad que tendrá la flamante comisión creada por la Casa Blanca para investigar los «lapsos en la seguridad que permitieron que fueran exitosos los ataques del 11 de septiembre«, el presidente estadounidense George W. Bush, el chico, nombró nada menos que al ex secretario de estado Henry Kissinger para dirigirla.
Para la mayoría de los ciudadanos del mundo con un poco de memoria histórica y un mínimo de decencia, la elección de semejante personaje es abominable. Pero si algo caracteriza al gobierno de Bush júnior es su absoluto descaro para revivir las memorias más sórdidas, reciclar a los funcionarios desempleados más reaccionarios e invocar a los burócratas más siniestros y belicosos de la historia reciente de ese país.
La elección de Kissinger para semejante puesto es una expresión más del absoluto desdén con que el gobierno estadounidense trata a la comunidad internacional. O tal vez Bush no se enteró de que el 4 de marzo de 2002 la Interpol pidió a las autoridades británicas que detuvieran a Henry Kissinger durante su estancia en Londres para interrogarlo sobre la investigación de que era objeto Augusto Pinochet.
O no le contaron que Kissinger había sido requerido por las autoridades de otras cinco naciones que visitó (Francia, Dinamarca, Argentina, Chile y Bélgica), en las cuales se habían ya emitido órdenes de detención en su contra, y en cada ocasión se había escabullido justo a tiempo.
Una de las razones por las que el gobierno estadounidense saboteó la creación de un Tribunal Internacional, fue para evitar que una organización global tuviera el poder de llamar a cuentas a militares y políticos por crímenes contra la humanidad. Pero mientras el mundo de Kissinger se achica y más gente clama por su cabeza, en Estados Unidos se le sigue presentando como un gran estadista, un sabio en materia de relaciones internacionales y un espectacular asesor gubernamental y corporativo invaluable.
El nombramiento tiene lugar cuando aún está latente la euforia desatada por el periodista Christopher Hitchens, autor del libro The Trials of Henry Kissinger (EE.UU.-Gran Bretaña-Chile, 2002), en el cual se basa el documental del mismo nombre de Eugene Jarecki.
El libro de Hitchens es una recopilación de evidencias que demuestran que Kissinger es un criminal de guerra involucrado, entre otras cosas, en,
la prolongación de la guerra de Vietnam (tras descarrilar las conversaciones de paz de París en 1968)
haber sido el arquitecto de los bombardeos de 1969 contra Camboya (600 mil muertes) y Laos (350 mil)
el asesinato de 500 mil personas en Bangladesh, en 1971, tras el golpe de Estado del general Yahya Khan, armado y bendecido por Estados Unidos
la masacre de más de 200 mil personas en Timor Oriental a manos del ejército de Indonesia en 1975
Por si fuera poco, el problema de la desconfianza que provoca el currículum político del «Premio Nobel de la Paz» (recibido por una paz que no negoció), Kissinger, se trata de un individuo obsesionado con los misterios, los secretos y las conspiraciones (y no aquellas que tienen que ver con extraterrestres sino con golpes de Estado, magnicidios y el saqueo a escala gigantesca de los recursos de las naciones).
El Dr. K es un hombre que, como señala su ex amigo y colega, el articulista William Safire (víctima de la paranoia del doctor Kissinger, que lo espiaba con micrófonos cuando aún eran amigos y colegas), no sabía distinguir entre los secretos del gobierno y su privacidad personal.
Además, uno de los problemas que ni la administración Bush ha podido ocultar es la posibilidad de una cascada de inminentes conflictos de intereses, entre los presuntos involucrados en los actos del 11 de septiembre (como el gobierno Saudita y Kuwaití) y la cartera de clientes de su empresa de asesoría internacional (Kissinger Associates Inc., con domicilio en 350 Park Avenue, piso 26, en Manhattan).
Kissinger declaró que no podía concebir que existiera conflicto alguno, pero, en cualquier caso, la Casa Blanca no pidió al Doctor K que revelara a quién ofrece sus servicios de consultoría.
Internamente, el nombramiento del ex profesor Kissinger parece llevar implícito un llamado a la unidad de parte del grupo más extremista dentro del gobierno (Cheney, Rice, Wolfowitz, Perle), a los sectores mas conservadores cercanos al grupo de poder de la familia Bush (Scowcroft, papá Bush y Eagleburger).
Algunos defienden el nombramiento argumentando que la vasta experiencia de Kissinger en marrullerías, intrigas, omisiones, mentiras y distorsiones lo ubica en una posición privilegiada para descubrir debilidades y culpas. Quizá sea cierto, pero lo importante será saber a quién va a beneficiar que un criminal de guerra tenga en sus manos esa información y ese poder.
Existen numerosas iniciativas que persiguen conseguir su procesamiento ante instancias judiciales internacionales. Y lo mas importante: la retirada del premio Nobel de la Paz.
Se pide el arresto de Henry Kissinger en Irlanda por crímenes de guerra.
Traducción Trinity a Tierra
Henry Kissinger tiene una Orden De Arresto Internacional que pende sobre él y se intentó ejecutarla en el Hotel Four Seasons de Dublin, Irlanda el pasado 8 de Mayo de 2010 durante su estancia allí.
La conferencia anual de la Comisión Trilateral encabezada y atendida por David Rockefeller fue mantenida en el hotel del 7 al 8 de Mayo.
El grupo secreto prepara el camino para un reunión más importante de los Bilderberg en Barcelona, España en Junio del 2010.
Parece que Henry Kissinger, como mano derecha de Rockefeller, debía asistir a dicha reunión a pesar de que pendía sobre él una orden de arresto internacional de Francia y España por cargos de crímenes de guerra derivados de la dictadura en Chile. Los españoles y franceses dicen que Henry Kissinger está implicado en la muerte de franceses y españoles durante la guerra en Chile.
Una delegación de irlandeses y personas de otras nacionalidades pidieron a la policía irlandesa (Garda) arrestar a Henry Kissinger durante su estancia en el hotel.
Más tarde la policía irlandesa ofrece explicaciones de por qué no es posible ejecutar la orden de arresto debido al hecho de que el Departamento Irlandés de Asuntos Exteriores estaba requerido para procesar dicha orden de arresto y su oficina permanece cerrada durante los fines de semana.
Los criminales internacionales campan a sus anchas durante los fines de semana en Irlanda.
De esa forma, Henry Kissinger escapó el domingo por la mañana a las 11:00 horas probalblemente con escolta de policía hasta el aeropuerto.
La División Especial (polícia politica irlandesa) siguió a algunos miembros de este grupo de protesta hasta un pub y más tarde, por la noche, hostigó a varios miembros por las cámaras que llevaban. No se perdieron las cámaras, ni el material grabado, pero el incidente muestra que el Gobierno irlandés conspiró para proteger a Henry Kissinger de la orden de arresto rompiendo todas las leyes sobre extradición en la Unión Europea.
La buena noticia es que el grupo de protesta fue capaz de emplear megáfonos para proyectar documentales como los de Alex Jones o Mike Riveros en las cercanías del hotel, permitiendo con ello, que los miembros del NOM sepan que el mundo, incluyendo Irlanda, están despiertos sobre la existencia del Nuevo Orden Mundial.
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